Trata de ser sincera contigo misma e identifica los malos hábitos que te
han llevado a acumular esos kilos que ahora deseas perder. Analiza tu
estilo de vida: ¿eres muy sedentaria?, ¿abusas del alcohol o de los
refrescos?, ¿te saltas comidas?, ¿picas entre horas?, ¿comes golosinas sin
control? Modificar esos comportamientos erróneos es determinante
para empezar a notar los resultados. Ahora,
fija un peso sano y realista para ti. Es
importante que sea compatible con
tu edad y tu estructura corporal. No
es probable que recuperes el peso
que tenías a los 20 años.
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